REFORMA FISCAL CORTA
Por Gabriel Yorio González
La reforma fiscal fue aprobada el pasado viernes 14 de septiembre por el Senado de la República, una vez que se de su publicación oficial para que las modificaciones cobrarán vigencia a partir del 1 de enero de 2008, excepto la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, la cual entrará en vigor el 1 de julio de 2008 y el Impuesto de la Gasolina el cual puede iniciar su aplicación a partir de este año.
Por esta razón, vale la pena repasar los efectos que la reforma fiscal tendrá tanto en las finanzas personales, como en las de los gobiernos estatales, municipales y empresas privadas. Por ejemplo, comenzando por el IETU (originalmente llamado CETU) afectará prestaciones laborales ya que grava las prestaciones laborales exentas del Impuesto sobre la Renta (ISR), como el pago con vales, los fondos de ahorro constituidos con ingreso de los trabajadores, la prima vacacional, aguinaldo y reparto de utilidades. La reforma generará efectos negativos como la eliminación de algunas de las prestaciones laborales mencionadas, ya que si bien son acreditables, no son exentas como en el caso del ISR, esto representaría un costo importante para los trabajadores. Lo anterior sucedería en la medida en que los patrones eliminen algunas de las prestaciones y las cambien por aumentos de salarios, de esta manera, serían los trabajadores quienes asumirían el costo del IETU vía las retenciones.
La Reforma Fiscal quedó corta y no logrará alcanzar la meta de recaudación que originalmente se planteaba. Es posible que si tenga efectos inflacionarios y no fomente el empleo. Por otra parte el IETU tendrá un efecto en la inversión, dado que impide deducir los costos de financiamiento.
Por otra parte, el Impuesto sobre las Gasolinas empezará en octubre de este año a ser aplicado paulatinamente en pequeños incrementos mensuales a fin de aminorar el efecto inflacionario, de tal manera que los consumidores no sientan el golpe.
La reforma también tocó el tema del Federalismo y la Coordinación de Impuestos. Este asunto es importante para los gobiernos estatales y municipales, sin embargo no fue ampliamente discutido, ya que fue opacado por los temas del IETU y el tema de la gasolina. Esto tendrá un efecto sobre los recursos federales que reciban los Estados y Municipios, y que representan su principal fuente de ingresos.
Se propuso una nueva formula para repartir participaciones y que señala de manera precisa cuánto le toca a cada entidad. La intención iba dirigida a establecer nuevos criterios de distribución que premiarían a las entidades con un mayor esfuerzo, tanto en el desarrollo económico como en el fortalecimiento de sus fuentes propias de ingresos. Sin embargo, estos criterios fueron vagamente introducidos en las nuevas formulas propuestas, ya que éstas presentan un error matemático y algebraico preocupante, el cual podría tener el efecto contrario al que se estaba buscando, de tal forma que la formula propuesta podría premiar a aquellos estados con un comportamiento más errático en su recaudación.
Este error en la modificación al artículo 2o. de la Ley de Coordinación Fiscal, establece que se tomará en cuenta el promedio de tres años de las tasas de crecimiento en la recaudación de los impuestos y derechos locales de la entidad. En realidad para premiar a las entidades con mayor esfuerzo recaudatorio debieron establecer el promedio de las Tasas de Crecimiento Anual Promedio, que no es lo mismo que el promedio de las tasas de crecimiento de los últimos tres años. Aunque suene igual no es lo mismo y podría tener un efecto contrario al buscado, con lo cual terminarían premiando a los estados que presentan una recaudación más volátil, en lugar de aquellos que presentan incrementos de recaudación constante.
Por ejemplo, supongamos dos estados con el mismo nivel de recaudación de cien pesos y que uno de ellos, llamémosle el “buen recaudador” pasa de 100 pesos de recaudación a 102 en el siguiente año (2% de crecimiento) y a 104 pesos en el segundo (2% de crecimiento), su promedio de tres años de crecimiento será de 1.3%. El otro estado, llamémosle el “mal recaudador”, pasa de 100 pesos de recaudación a 50 pesos en el segundo año (¡50% de decrecimiento!) y vuelve a subir a 100 pesos en el tercero (100% de crecimiento), su promedio de crecimiento de tres años será de 16%, un promedio mayor que el del “buen recaudador”. Aún y cuando partieron del mismo nivel y el “mal recaudador” quedó sin cambio a lo largo de tres años, recibiría más recursos de acuerdo a la nueva formula porque su promedio de las tasas de crecimiento fue mayor. Si la formula tomara en cuenta la Tasa de Crecimiento Anual Promedio de tres años, esta sería para el mal recaudador de 0%, porque en tres años quedó en el mismo nivel de recaudación. Este error presenta la actual reforma fiscal y si bien los estados ahora recibirán más recursos, es posible que esos recursos no estén distribuidos equitativamente, ya que presenta incentivos equivocados.
Esta fue una reforma fiscal corta y, como bien lo dijo el Secretario de Hacienda, alcanzará para tres o cuatro años más. Pero ante la inminente recesión económica de los Estados Unidos nuestro país enfrentará un escenario adverso, donde irremediablemente habrá una caída en los niveles del empleo y de la actividad económica en general, por lo que el gobierno federal tendrá que desempeñar un papel importante para atenuar la caída del ciclo económico, de tal manera que por el bien de los mexicanos, esperemos que los recursos adicionales de la reforma fiscal ayuden con este objetivo.