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COMBATIENDO LA POBREZA


Por Gabriel Yorio González




En la actualidad existen dos grandes enfoques para generar desarrollo económico en las regiones, los de la “macro escuela” y los de la “micro escuela”. Los primeros entienden que el desarrollo debe venir desde una política económica nacional, es decir, desarrollar por entero toda una sociedad cambiando políticas gubernamentales y promoviendo la inversión. La segunda escuela entiende que el desarrollo se debe promover enfocándose en una comunidad y trabajando con un grupo de gente a la vez, tratando de resolver problemas particulares. Usualmente los gobiernos prefieren aplicar el enfoque de la macro escuela, mientras que las Organizaciones No Gubernamentales aplican el otro enfoque.


Aunque todavía no existe un consenso sobre cual es la mejor manera de enfrentar la falta de desarrollo, queda claro que la actual política económica no ha podido resolver o eliminar la brecha que existe entre ricos y pobres. México sufre de un bajo crecimiento económico, mismo que ha sido insuficiente para abatir rezagos económicos y sociales, además, en ausencia de cambios importantes, el crecimiento promedio del país logrará que apenas en 30 años se logre duplicar ingreso per-cápita, por tal motivo, es necesario generar condiciones para lograr crecimiento mayor al observado durante las últimas dos décadas.


Pero ante esta situación es necesario hacer la siguiente pregunta: ¿Tiene el país suficientes recursos para poder promover el desarrollo? Si analizamos las finanzas públicas del país vamos a encontrar que enfrentan una baja recaudación fiscal en comparación con países de grado de desarrollo similar; por otro lado existe un alto grado de incertidumbre en los ingresos públicos debido a la elevada dependencia de ingresos petroleros en las finanzas; mientras que los requerimientos del gasto público para los próximos años son crecientes, ya que se necesita invertir en educación, salud e infraestructura.


Ante esta situación parece que no hay mucho que hacer. Sin embargo, existen proyectos de desarrollo económico que intentan sacar de la pobreza extrema a algunas regiones de África. Tal es el caso africano de las Villas del Milenio implementadas por el Programa de Objetivos de Desarrollo Milenio de las Naciones Unidas, el cual ha tomado acciones de inversión en ciertas comunidades donde la pobreza, el hambre y las enfermedades son hechos que afectan la vida diaria de los pobladores. El programa consiste en invertir cada año, durante cinco años, cien dólares por cada habitante de la comunidad y los recursos provienen de gobiernos de países desarrollados y de donadores privados.


El programa se enfoca a mejorar el valor de los activos de lo habitantes de la comunidad. Implica ayudar a mejorar las cosechas de maíz y canalizar la venta de la producción a las escuelas, quienes a su vez mejoran la calidad de los alimentos que otorgan a los niños. De esta manera, se intenta sacar del círculo vicioso en el que una persona siembra y cosecha poco, por lo que no logra generar ganancias por su cosecha y por tanto nunca forma un patrimonio. Esta es la famosa “trampa de la pobreza”.


Por supuesto, existen dudas sobre estos programas, ya que no necesariamente se ataca la raíz del problema y probablemente sólo causa dependencia de los habitantes. Se duda que una vez terminado el programa la comunidad pueda mantener el ritmo de desarrollo aplicado durante los cinco años que duró. No obstante, estas acciones han logrado resolver algunos problemas de algunas comunidades del continente africano.


En México el enfoque ha sido que el desarrollo debe ser generado por el propio crecimiento económico, pero cada día es mayor la brecha entre ricos y pobres. Somos un país con una de las economías más grandes pero con una de los peores niveles de distribución del ingreso. Basta saber que en nuestro país vive el segundo hombre más rico del mundo y también millones de personas en pobreza extrema. Tal vez comenzar a experimentar nuevas formas para aliviar la pobreza y promover el desarrollo sea un camino ya no tanto económico, sino de responsabilidad social del gobierno. Mientras tanto, ahí esta el caso africano. A la fecha no se sabe si será exitoso, pero por el momento, algunas comunidades en África se encuentran experimentando un mejor nivel de vida al que tenían hace unos años.


Gabriel Yorio González es economista del Tec de Monterrey y Maestro en Economía de El Colegio de México. Analista Económico y Servidor Público. Comentarios: gabriel.yorio@gmail.com









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LA AGENDA PARA LOS SIGUIENTES TRES AÑOS

Por Gabriel Yorio González



Pronto serán las elecciones para alcaldes municipales y para diputados locales, con lo que dará inicio, nuevamente, al ciclo político que cada tres años se repite. A tres meses de la elección, los ciudadanos sabemos poco sobre la agenda de los candidatos y precandidatos para los siguientes tres años.

Tres años es muy corto de tiempo para poder lograr metas de lago plazo, por lo tanto, nuestros próximos alcaldes y diputados gobernarán y administrarán con una visión de corto plazo. Mientras tanto, la región arrastra desde hace varios años una situación de estancamiento económico y una falta de desarrollo en la infraestructura de servicios públicos que necesitan soluciones de largo plazo.

Aún y cuando el municipio es la unidad política más cercana a los ciudadanos y por tanto, quien mejor conoce sus necesidades, es quien menos recursos recibe y por tanto no tiene como facultad promover el desarrollo económico. Dado el actual sistema de coordinación fiscal, de todos los recursos que se recaudan a nivel nacional, sólo el 20 por ciento es repartido entre los estados, quienes a su vez reparten el 20 por ciento de lo que reciben, de tal manera que todos los municipios de todo el país sólo reciben el 4 por ciento. De esta forma, por ejemplo, el municipio de Papantla sólo cuenta al año con un presupuesto cercano a 200 millones de pesos con los que tiene que cubrir gastos administrativos del ayuntamiento y atender las necesidades de la población que representa. Aunque parece mucho dinero, en realidad es poco dado el tamaño de los municipios y el rezago que ha sufrido el desarrollo de infraestructura, a esto hay que sumarle el despilfarro de las administraciones y presidentes municipales y la corrupción.

De esta manera, el próximo alcalde tiene varios retos por afrontar y resolver, de los cuales es difícil que atienda todos en tres años con un presupuesto tan acotado. Por un lado, existe un gran rezago en obras de infraestructura hidráulica en la ciudad, así como un problema de reordenamiento del transporte público. Por otra parte, vivimos en un país donde casi el 90 por ciento del transporte comercial es a través de carreteras, por lo que el desarrollo de puentes y caminos rurales son de vital importancia para conectar económicamente a las comunidades. Continúa pendiente el tema del puente de remolino, ya que si bien el municipio no cuenta con los recursos, la coordinación entre el próximo presidente municipal y diputado local, junto con el diputado federal son necesarios para poder la gestionar su atención en el plano estatal o federal.

Por otra parte, el diputado local enfrenta también varios retos. Existen temas pendientes por legislar a nivel estatal. Tal es el caso de nuevos esquemas de financiamiento para los municipios y para el gobierno estatal, así como cuestiones de atención social para la población. Varios estados ya han ajustado sus leyes a fin de promover el uso de mayores financiamientos para proyectos de infraestructura, no obstante, Veracruz sigue rezagado en este aspecto. Además, el diputado local junto con los presidentes municipales puede gestionar recursos para financiar programas de modernización catastral y administrativa de los municipios que muchas veces van a fondo perdido en algunas instituciones que promueven el desarrollo.

La efervescencia política tiende a centrar la atención de los votantes en la personalidad que los candidatos le imprimen a sus campañas, orillándolos a conducir sus discursos a través de la promesas, muchas de ellas difíciles de concretar o que rebasan las atribuciones del propio municipio. Sin embargo, aunque las administraciones sean de corto plazo, es importante que los candidatos y sobre todo el candidato ganador tome decisiones de largo plazo, y de esta forma atender aunque sea sólo uno de los grandes temas pendientes en el ayuntamiento y en el estado.

Gabriel Yorio González es economista del Tec de Monterrey y Maestro en Economía de El Colegio de México. Analista Económico y Servidor Público.

Comentarios: gabriel.yorio@gmail.com


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